Lola solía decir - y reirse - de esos viajeros que se quedaban atrapados.
Los viajeros eternos.
No sé si escribí de esto, pero cuando venía de vuelta, caminando a mi casa, paso lo siguiente.
Me puse a pensar en bloggear, porque anoche estaba buscando un billete de 10.000 rupias para llevarle a un compañero de la pega que colecciona billetes... mientras buscaba el billete, encontré mi diario de viaje. Sí, super gay, pero tenía uno que escribí hasta casi el final. Hasta Udaipur.
La cosa es que ví un dibujo que hice de Rico, mi pololo de Bali de la navidad y el año nuevo, y el dibujo era él sin polera, porque - si bien es cierto que hacía calor, es playa y es todo buena onda, poca ropa, sol y arena - Rico yo creo que le tenía alergia a las poleras. Y lo webie ene con eso, tanto que un día, cuando yo ya me había ido, una foto con polera y me decía: vencí mi alergia!
Pensé en tomar una foto de eso y postearlo, pero sería raro para todos, especialmente para Rico, si es que yo hiciera eso... Entonces pensé de nuevo en los billetes... pensé en que Erik me regalo muchas monedas de Singapur, Ula me dio billetes de Laos y Myanmar, Kyle me dio de Korea del Sur, y así... y pensé que ya no conozco a nadie que viaje, para que me pueda traer billetes, no para mí, sino que para mi viejo que los coleccionaba. Increíblemente, nunca le traje ninguno de Tailandia.
Y me acordé de alguien que seguramente sigue viajando, pero que dudo que lo vaya a ver.. lo ultimo que supe fue que estaba en Kazakhstan y pensé... Roman es de esos... de los viajeros atrapados.
Roman nunca me dijo en que trabajaba... solo me dijo que trabaja de manera remota, y eso le permitía seguir viajando. Que google le pagaba. Pero no quiso decirme, porque no quería sonar raro o que fuera wow. Me acuerdo siempre que me dijo... por qué tenía que conocerte cuando ya te vas? Me esperó para que nos fueramos juntos al hostal, no juntos, sino que nos quedabamos donde mismo.
Pero eso me hizo pensar en los viajeros atrapados, en esos que viajan tanto que dejan de pertenecer a todo. Que cambian tanto que ya no pueden volver a ningun lugar, que pierden el sentido del hogar, porque el hogar que conocen, ya desapareció, sus amigos viven vidas que ya no comparten... y muchos avanzaron. Ya no pueden volver. El sistema ya no les queda, pero tampoco quieren seguir viajando, pero no pueden parar. Es como una conducta repetitiva. Se establecen un mes en un lugar, forman un pequeño hogar, pero siempre temporal. No tienen nada, más que la ropa, que la cambian y truecan. Eso y nada más, y así siguen. Y siguen. Y uno los ve, y ya no disfrutan. Perdieron el goce. Ya no conectan, porque saben que tienen que decir adios. Uno comparte con ellos, uno los recuerda, pero Roman, no creo que se acuerde de mi.
Y veo a esos viajeros, y se creen mejores.. se que creen moralmente mejores que cualquier persona, porque ellos salieron del sistema, porque ellos viajan por el mundo y hacen cosas choras siempre. Y a veces lo dicen, y otras veces lo insuan, pero ellos son moralmente superiores. Pero la verdad, es que yo no quisiera estar en sus zapatos. Me gusta patiperrear... pero si algun día llego a convertirme en una viajera atrapada... sería lo peor.
Pero bueno, por otro lado estamos nosotros, los que le dimos una probada a la vida fuera del sistema, y esta claro que nada cambio en casa. El tiempo no es tanto para que las cosas cambien tan drasticamente... pero si es suficiente para que tu sepas, adentro tuyo, que tu ya no encajas. Que tu eres diferente, pero un diferente bueno, un diferente con el que sufres un poco, pero que lo puedes sobrellevar porque la experiencia lo vale. Me imagino yo que los viajeros atrapados se sienten igual. Y desde mi escritorio siento ese dolor a ratos... de estar peleando los presupuestos de capacitación Latam, buscando Head Hunters en Colombia, cuando yo sé, que eso no es lo importante. Que lo importante es encontrar comida local, a precio local, dormir en un dorm y ducharte con hawaianas durante 5 meses.