Cuando las personas andan uniformadas uno las ve más como son. Sin prejuicios ni distinciones tontas, porque simplemente se ven todos iguales. Y si bien se pierde esa individualidad, uno se acerca a personas a las que normalmente no se acercaría.
Es chistoso ver después a la gente con su ropa normal, su peinado normal y su estilo normal, al final uno saca una radiografía más profunda de quienes son, que podría bien podría obtener en un primer acercamiento, pero hacerlo de manera menos prejuiciosa y distintiva... es agradable. Aunque no siempre.
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