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Aunque siempre la gente a fin de año anda haciendo balances sobre lo que fue el año en general, yo tendía a no hacerlo, sin embargo bajo circunstancias particulares, y frente a que me lo preguntaron puedo decir que el año que paso fue un año como neutro, no sé si fue bueno o malo, pero sé que aprendí caleta de mi misma y de los demás. 

Estuve triste, enojada pero también aprendí a perdonar, pero perdonar de verdad, no de la boca pa fuera. 

Aprendí a querer también y aprendí a renunciar.

Y aunque digan que es malo renunciar, es importante saber que uno no siempre puede ganar ni tener todo lo que quiere y que a veces tiene que retirarse del juego no más.

Creo que soy más tolerante a la frustración ahora. Y siento que puedo hablar de las cosas que me pasan sin ponerme a llorar. Quizás ya no soy tan cabra chica después de todo.

No sé como fue el año, pero sé que ahora puedo pensar más claro. Todavía no sé que quiero, y no me urje, me queda harto tiempo todavía. Y siento que voy bien encaminada. Eso nunca puede ser malo.

Ya no dependo de nadie y aunque suene egoista, solo velo por mi. Y es necesario preocuparse por uno mismo, y dejar de sufrir por los demás, sino se hace insoportable y uno termina como Kurt....

whatever...