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Santiago
amargada crónica

martes, 3 de enero de 2012

Las circunstancias, al igual que, desde mi punto de vista, todo, son cíclicas.
Uno pasa por un momento neutro, después por un momento bueno, después por un momento penca y vuelve al momento neutro. Lo mismo con los carretes, parten en estado neutro, después se ponen buenos, después se pone penca (o se acaba) y después se vuelve a lo neutro. Lo mismo con el trago, uno parte en un momento neutro (sobrio), después se va a un momento bueno (ebrio) y después se va a un momento penca (curadera grado mil o caña del terror) para volver al momento neutro (y al final, la vida sigue igual HEY!). Ejemplos bastante burdos, pero ilustrativos.
La cosa es que después de haber pasado un buen momento en mis circunstancias de vida, pasaron muchas weas muy pencas, charchas, tristes, cómo sea!  y volvió luego a ser simplemente neutro, ahí entiendase mi apatía constante y desinteres generalizado con todo, pero ahora siento, que al fin de nuevo, viene un momento bueno. Al fin me siento en un buen momento. Todo está bien. Miento, no todo, nunca todo puede estar bien, pero creo que está todo bastante bien y me siento feliz de nuevo y con interes de nuevo y mucho menos apatica.
Esto podría parecer una buena noticia, pero no. Cuando uno es una gente que se cuestiona siempre muchas cosas, siempre tiene que ver el otro lado, y es que después de este momento, y si seguimos con mi teoría de lo cíclico de las cosas, es inevitable (digamos inexorable para tener un vocabulario más pro), reitero, es inevitable saber que eventualmente, el momento malo del ciclo llegará, lo que es bastante penca, pero si lo pensamos así, sabremos que ese pasará, para después volver de nuevo a lo neutro. 
El único problema, es que el momento bueno casi siempre dura un tercio de lo que dura el bueno.
Y mi teoría es real o realmente sufro de distimia, si es que así se llama. Ya no me acuerdo de mis clases de psiquiatría.

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