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Santiago
amargada crónica

jueves, 10 de marzo de 2016

Viajeseries: haciendo dedo en Ko Lanta - los angeles de charlie

Nos fumos a Koh Lanta porque todos decían que valía la pena y el nombre sonaba. Tomamos el ferry desde Koh Phi Phi y en ese punto Ula ya estaba allá creo, la verdad es que no me acuerdo muy bien como fue la cosa, pero nos fuimos a quedar a una wea que quedaba la mierda, porque un gallo se nos hizo el simpatico en el  ferry.
La wea es que Ko Lanta es enorme de larga, así que al final de la isla quedaba la wea esta, que vale decir era super taquillein. El lugar era increible de lindo, tenía un jardin y llegabamos al frente de la playa en un bungalow super taquillein, aunque la playa era bien agresor y me dejo bien en pelota varias veces, pero no habia nadie asi que tranqui. Obvio que con Lola nos tiramos en la orilla cual ballenas varadas a que nos llegara el aguita mas suave pero no fue tan suave y quedamos llenas de arena. La wea es que me chorié de estar tan lejos y el culiado de los bungalows quería cobrarnos como 500 baths a cada una para llevarnos de vuelta a la civilizacion así que no. Andate a la mierda le dije, y le dije a Lola que teníamos que hacer dedo. Así que con la mejor de las pintas, mochilas y todo, cruzamos la calle pa comprar galletas y agua y justo paro alguien a comprar en una especie de camioneta para llevar ganado, como esos camiones chicos, así que entre seña y seña nos entendio y nos llevo.
Katie que estaba con nosotras y que era super amargada, estaba SHOSHA, es que FELIZ! nunca había visto a alguien tan feliz. De verdad que gozaba con nosotras y se quería comprar una bandera chilena y una argentina para poner en su mochila, para así sellar nuestra amistad y yo con Lola que viviamos hablando en español tupido y parejo.
Ese día hicimos dedo hasta nuestro nuevo alojamiento que era mucho más central y era super rico, y aunque llovía monton, nos quedamos una tarde en la recepción del hotel jugando con el wifi, intentando dilucidar que querían roberto y carlos acerca de la vida, tratando de aclarar esa confusión que teníamos desde Railay, o sea ahí la explicitamos pero claramente venía desde antes para las dos.
La foto es de cuando hicimos dedo desde ese alojamiento que quedaba a mitad de la isla hasta el muelle, ya nos ibamos para otra isla, gracias a dios, solo las dos, y Katie se quedo ahí porque se tenía que devolver a tierra firme.
Nos comimos sendas hamburgesas y nos subimos al ferry 6 horas, basicamente a fumar en la cubierta hasta que Lola se anduvo mareando y se fue a tirar a un sillon con los de la tripulación que la miraban con cara rara.

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