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Santiago
amargada crónica

sábado, 5 de marzo de 2016

La primera cita más bizarra del mundo

Ch me apareció por Tinder y quedamos de juntarnos un viernes en orrego luco.
Esta historia la había escrito antes pero la dí de baja.
De todas maneras la contaré resumidamente.
Le dije que a las 8, despues que a las 9, despues a las 10... llegue a las 10:40 y él me dijo.. yo llegué a las 10:20 porque sabía que ibas a llegar tarde, pero 40 minutos es demasiado.
Yo quería ir al California, pero la terraza estaba llena y el vicio siempre es más fuerte. Hacía frío ese día porque era agosto, y me acuerdo que Ch me dijo que le gustaba el frío porque le recordaba la navidad (?) un comentario super extra que salió de la nada. 
Me había dicho que era de inglaterra, y cuando le pregunté despues donde vivía me dijo "en Brooklyn" y yo me quedé como colgada, porque BK no esta en inglaterra po.. ante mi cara de confusión me dijo: sabes donde esta Brooklyn, y yo le dije sí y me dijo, yo vivo en Nueva York. Nací en Inlgaterra pero me fui a NYC cuando tenía como 12. Después se quejo enormemente de todas las cosas que odiaba y no le gustaban y yo no entendía que le pasaba así que le dije... ya que odias tantas cosas, mejor no te pregunto que cosas te gustan, mejor cuentame de lo que no te gusta. Y me dijo. LOS ASIATICOS. Después de eso me conto de una cita bizarrezca en Rio y de como viajaba mucho por sudamerica por su trabajo, que además me explico pero la verdad no entendí y hasta el día de hoy, no entiendo. 
Hablamos de los planes de la vida, le conté que me iba de viaje, me contó que su hmna estudio en la NYU, me conto que el estudio filosofía y hablamos de Kant en mi inglés julero. Le conté que iba a renunciar a mi trabajo y el me contó que siempre pensaba en el pasado y en las cosas que podría haber hecho mejor, como ser un mejor estudiante. Le conté que era de Rancagua y le explique lo maravilloso de esa ciudad, y él me contó que la noche anterior había estado en una cita rara con una chica que se llamaba Pilar. Las piscolas me las tomé yo porque las encontró muy dulces, así que se fue por la cerveza mejor. el weon gringo.
Como Ch era simpatico le dije que fueramos a la fonda permanente. Él pago la cuenta y las entradas de la fonda, yo pagué el taxi y le compré una cerveza, cuando le ofrecí otra me dijo: no tienes que comprarme tragos, yo también tengo plata pero le expliqué que era porque él había pagado antes.
Después se acabo y nos fuimos, le dije que era peligroso por ahí, y en el taxi me dijo que fuera con él, yo le dije que bueno pero pa seguir parrandeando, eso y nada más. Nada de andar encamandose con gringos raros.  
Cuando llegamos al hotel no me acuerdo, me acuerdo que me tomé como una cerveza e intenté fumar en muchas veces en como una salita adjunta que tenía la habitación. Pero el me rompió todos los cigarros. Apagamos tele y despertamos y yo estaba media perdida.
Como soy buena onda y Ch me cayó bien, fuimos a tomar desayuno a un café que me encanta en Bellas Artes. Él cero que apreció mi jugada, solamente estaba encañado forever y quería morir. Me dijo que donde andabamos no era peligroso, que habían barrios en NYC que eran muchos más peligrosos, pero qué sabe él! Después yo me quería ir en micro pero no se pudo así que tomamos el metro. Caminando por esa callecita al lado del santa lucía, ibamos agarrando en publico. Super marginal. Cuando pasamos cerca de un Hotel donde solía trabajar le dije: acá cerca queda.. y me interrumpio para decirme: un hotel donde solías trabajar. Anoche me dijiste lo mismo cuando pasamos por acá en el taxi.
Ese día lo fui a ver a su hotel en la noche y vimos tele. Estaba tomando coca light y ni me ofreció. Después estaba tomando jugo de frutilla y tampoco me ofreció. Era bien como la mierda. Y se tiraba flatos. y eso lo odio. Me dijo que gracias por haber ido a Bellas Artes, que era un barrio bonito y le había gustado, solo que estaba muy encañado. Después me abrazo y se quedó dormido. Yo vi tele un rato más y me fui. Cuando cerro la puerta me dijo: Pasalo bien en tailandia. Y yo le respondi: you can bet I will. 
Tiempo después me mando un mensaje: estoy extrañamente convencido de que nos vamos a volver a ver. 
Y claro, tenía razón. Solo que esta vez en Brooklyn.

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