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Santiago
amargada crónica

sábado, 5 de marzo de 2016

Primera cita mejor del mundo

3 de mayo yo llegué a nueva york. El problema es que llegué yo no más porque mi equipaje no sé donde estaría pasandolo bien, pero 100% segura que no estaba en el aeropuerto de LaGuardia. Así que cuando llegué me junté con mi amiguisima Jessica y su amigo Nathan e hicimos lo que toda persona debería hacer cuando llega la primeravera... ir al Charleston a tomar una shela. O unas cuentas, y unos shots... y antes de eso en verdad también comimos tacos, y tomamos tequila, y comimos pizza después en el Charleston y Jessica me convenció de pedirle el telefono a la barwoman, porque ella juega pal mismo equipo. Así que fue raro, pero bueno. 
La cosa es que este chiquillo lindo, que se llama Eima, habíamos estado hablando, así que quedamos ese día en la noche, después de que desperte de mi apagación de televisión en el sofa de Jessica, a juntarnos en Queens. Pasa que justo mi equipaje llegó a la casa de Jessica así que fui decente y me duche. Me acuerdo que además fuimos al Pies'n'Tighs que quedaba al frente de su casa a comer algo. Así que tipin 11 partí para donde este chiquillo, diciendole que no tenía celular, que me tenía que esperar en el metro. Segun yo me demoraba media hora. Pasa que el tren R no pasaba nunca, así que me demoré como 50 minutos o más. Y cero posibilidad de avisar. Igual cuando llegué me dijo que el sabía que yo me había equivocado con la estimación pero igual estaba esperando desde hace rato.
Y ahí estaba el chiquillo, con una polera negra y unos lentes. Y fuimos a un bar y yo ya no quería ni tomar y estaba casi que vomitaba y el me contaba cosas y yo ponía cara neutral y trataba de concentrarme más en su historia que en mis ganas de witrear. 
Como soy una chiquilla simpática, le regale unas banderitas de oración que traje de Nepal, porque son como choriflai y super misticas y porque me traje como 900 de Nepal y siempre quedan como un regalo shori. Yo creo que ahí se enamoro de mi todo el rato. Lo pille. Después de tomar en ese bar, fuimos a otro, donde no había nadie, eramos nosotros no más. Y el barman era super cool y ahi ya me sentía un poco mejor y lo más chistoso, era que este chiquillo no sé porque cada cierto rato, 15 minutos aprox, se me acercaba y me decía un secreto, mientras yo pensaba: mmm, esta invadiendo mi espacio personal... pero más importante que todo, pensaba.. por qué chucha me dice secretos si no hay nadie más en el bar!? quién lo va a escuchar!? igual el barman podría haber escuchado, pero yo creo que estaba más metido en jugar con su celular. 
Me acuerdo que después salí a fumarme un cigarro y él me acompaño, y ahí en la poblacional, agarramos en la calle, en una esquina super cuma, en Astoria, Queens. 
Después de un par de tragos era como ya chao, yo en verdad nunca quise tomar (aunque usted no lo crea!) así que caminamos unas cuadras y me dice: yo vivo media cuadra para allá, si quieres puedo llamar un taxi para que te lleve a Brooklyn - eran las 3 am - o si quieres te puedes quedar acá. Y yo... yo me quedé, pero porque no tenía llaves del departamento de Jessica y no iba a llegar a tocar el timbre y golpear la puerta a las 3 de las mañana, si ni celular tenía para llamar y ella trabajaba al día siguiente.
Igual esta fue la cita más larga del mundo, más larga que la cita con Ch incluso. Porque en la mañana este simpatico cabrito me preparo café  y fuimos al techo de su edificio  - después del pánico de la escalera - y después nos echamos una manito de gato y compramos un snak y nos fuimos para el central park forever. Y ahí tiramos la talla al lado de unos patos. 

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